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domingo, 1 de enero de 2012

Compromiso y disciplina personal para el año 2012

Disciplina es la habilidad para decir “no’ a aquello que es pecado, decir “sí” a lo correcto, y decir “lo haré” a aquello que debe hacerse.

La disciplina enfoca nuestras habilidades a los propósitos de Dios.

El deseo enfoca nuestras habilidades en nuestros propósitos; una meta en la vida debe ser que las “demandas’ de Dios sean una parte de nuestros “deseos”.

La palabra “disciplina” puede transmitir una idea errónea; podemos pensar en sacrificarnos, vencer los obstáculos, ser duros, tener determinación inflexible, todo se reduce a un esfuerzo sin gozo.

Es cierto que esas frases comunican aspectos de la disciplina; pero, en otras palabras, - palabras bíblicas- lo describen mejor: perseverancia, dominio propio, práctica; creo que el mejor sinónimo es dominio propio, uno de los frutos del Espíritu santo en Gálatas 5; 23.

El proverbista exclamó: “Como cuidad derribada y sin muro es el hombre cuyo espíritu no tiene rienda” Proverbios 25:28. Una marca inconfundible de una buena cristiana es el dominio propio o autocontrol (Tito 1:8).

La mujer con dominio propio dice “no” al pecado cuando este tienta sus apetitos. Ella dice “sí” a la justicia y “haré” a la obediencia.

La disciplina debe tener una dirección:

1. Deja a un lado cualquier estorbo: En algún momento de tu vida debes tomar una decisión que nos va a quitar esas cargas que no nos permiten correr bien, y tirarlas por un lado. Eso requiere de un compromiso específico, no solo considerarlo, sino, es el “haré” de la disciplina.

2. Deja a un lado el pecado que enreda fácilmente: El pecado como las semillas, siempre comienzan pequeñas; esas “pequeñas cosas” crecen hasta llegar a ser pecados vergonzosos. Debemos ejercitar el ‘no’ de la disciplina personal.

3. Corra con perseverancia: Una vida espiritual no puede ser recuperada con momentos de fervor religioso.

La disciplina del pasado produce la perseverancia del presente.

La práctica de pasar tiempo con la palabra de Dios, la oración y obediencia dan a la luz la perseverancia. La perseverancia comienza con un compromiso consciente con la disciplina y el dominio propio.

4. Fija tus ojos en Cristo: Nosotras no perseveramos por perseverar, lo hacemos por una causa mucho más noble; nuestro enfoque debe estar sobre la persona de Cristo, quien perseveró antes que nosotras.

Cada una de las reglas demanda un compromiso a una vida de disciplina personal. Decisión que nos lleva a una sola: Mantener nuestros ojos en Cristo.

Mucho es lo que ha pasado en este año que termina, muchas son las bendiciones que Dios nos ha permitido vivir, y muchas son las pruebas que para fortalecernos y buscar más de Él, nos ha permitido pasar.

Gracias a Dios por su amor infinito y su misericordia; gracias a Dios por enviar a su hijo unigénito para que muriera por nosotras; nada compensa esta seguridad y tranquilidad que sólo las hijos de Dios podemos tener; por muy fuerte que hayan sido las pruebas que vivimos en el año 2011, Dios siempre estuvo de nuestro lado, fortaleciéndonos y cuidándonos.

Busquemos la voluntad de Dios en este año nuevo que inicia; que en cada uno de los propósitos que deseemos se cumplan en nuestras vidas, esté la voluntad de Dios presente. No tratemos de hacer las cosas en nuestras fuerzas, no busquemos lo nuestro y olvidemos el por qué Jesús vino a la tierra.

Queridas Hermanas, que este año nuevo 2012, Jesucristo esté en primer lugar en nuestras vidas.