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lunes, 7 de mayo de 2012




  Perlas del carácter de Dios 


“Mas el fruto del espíritu es amor, gozo, paz, paciencia, benignidad, bondad, fe, mansedumbre, templanza; contra tales cosas no hay ley.”Gálatas 5:22
Hay mujeres que tienen una personalidad atrayente y se pueden relacionar con toda clase de personas;otras, se  autodominan, aparentan ser amables, una alegría falsa, para tratar de llevarse bien con la gente; otras, hasta toman clases de ética y buenas relaciones personales para demostrar ser mujeres fascinantes y educadas; y las hay que se convierten en analistas psicológicas, conocen las diferentes clases de temperamentos para poder tener el control de la situación.
Todo este esfuerzo es obra de la carne y no del Espíritu Santo.
En situaciones como estas se nos presentan dos disyuntivas: las manejamos nosotras en la carne o permitimos que el Espíritu Santo dirija esta relación.
En la medida que dejemos que nos dirija el Espíritu Santo, el va produciendo todos los frutos del Espíritu en nuestras vidas.
La Biblia dice el fruto; no los frutos; no podemos pedirle a Dios que nos dé mucho amor y gozo; pero, no quiero paciencia y templanza.
Cada fruto está ligado al otro como un collar de perlas, cumple su función cuando todas las perlas están unidas; si se rompe en alguna parte, ya no será un collar y no cumplirá  su función; este es el resultado del carácter piadoso de Dios.
Cada fruto refleja el carácter de Dios mismo. Éste carácter piadoso lo produce el Espíritu Santo, no tú.
Una mujer de Dios procurará siempre traer el collar completo de perlas, usarlo para la honra y gloria de Dios; no para lucirlo y alimentar su vanidad; alimentando la carne que viene producto de tu orgullo y egoísmo.
Hermana querida, siempre lleva las perlas del carácter de Dios en tu vida.


     


Cuentas malas en un collar de perlas


“Y manifiestas son las obras de la carne, que son: adulterio, fornicación, inmundicia, lascivia, idolatría, hechicerías, enemistades, pleitos, celos iras, contiendas, disensiones, herejías, envidias, homicidios,  borracheras, orgías, y cosas semejantes a estas; acerca de las cuales os amonesto, como ya os lo he dicho antes, que los que practican tales cosas no heredaran el reino de Dios.” Gálatas 5:19-21

Encontramos también cuentas malas, deformes, rotas, manchadas, sin brillo en un collar de perlas; aunque no nos guste aceptarlo, muchas mujeres y  en este grupo nos incluimos todas: casadas, viudas,  madres solteras y señoritas, escogen adornar su vida con esta clase de cuentas.
Cuando veamos que en nuestro collar de perlas cuentas como estas, necesitamos quitarlas de inmediato y reemplazarlas  por una perla que agrada Dios.
¿Cómo hacemos esto?
1.     Confesar nuestro pecado a Dios. El pecado, no
Generalizar: ¡Dios perdóname porque soy  una pecadora! ¡No!
Eso no es lo que Dios quiere, El quiere que confieses tú pecado: ¡”Señor confieso que he sentido envidia por________; perdóname por desear lo que ella tiene, lo que le diste y no por lo que tú me has dado! La honestidad es algo  que a Dios le agrada, no le gusta la mentira.
2.             El único que puede limpiar nuestras transgresiones es Dios. Necesitas que Dios te limpie de esta maldad, que saque esta cuenta mala de nuestro collar de perlas. Efesios 4:30  “Y no contristéis al Espíritu Santo de Dios…” tu hieres al Espíritu Santo cuando piensas, dices o haces algo que ofende a Dios.
Hay muchas imitaciones de perlas; pero, con los años, la perla reluciente se deforma, se opaca o  quiebra, y lo que queda es una fea cuenta colgando del hilo.
Puedes traer un collar de perlas falsas, tratando de aparentar el carácter de la mujer de Dios; pero, el tiempo se encargará de demostrar que no vives en el Espíritu, solo es una apariencia.
Tu puedes escoger un collar barato de cuentas que el mundo está ansioso por poner en tu cuello para tu perdición.

Toma carácter dejar el control de tu vida al Espíritu Santo, con el que puedes adornarte. 


Cada una de las perlas piadosas de Dios que formen tu collar hará la diferencia en tu vida y la de tus amores.