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lunes, 23 de mayo de 2011

Madre soltera con propósito, haciendo tu parte


¿Cómo está tu vida? ¿Tienes años de estar sembrando ideas, sueños, actos y actitudes en el terreno de tu vida? ¿Tu vida esta impactando a otras vidas? Me refiero a tu ministerio, la alimentación espiritual que tú proporcionas a otros; tu ministerio es la expresión de lo que está dentro de ti, y lo estas reflejando a otros; en otras palabras lo que tú eres.
El significado de ministerio, significa servir, ayudar, estimular a alguien en nombre de otro. En algunas sociedades se le llama ministerios a instituciones que cumplen una función específica dentro de esa sociedad, por ejemplo: el ministerio de educación, dirigido exclusivamente a la formación profesional y cultural de las personas, en representación del gobierno.
Cuando nos referimos al término ministerio en el sentido cristiano, es igual el significado: servir, estimular, sostener y apoyar en nombre de otro, y ese otro es Dios. Tristemente el concepto ministerio, se ha vuelto algo mecánico, sin estímulos de parte de las personas, se vuelve una costumbre; y en realidad, debería ser la manifestación del amor de Dios hacia los demás y la manifestación de amor de nosotros hacia Dios.
Todos los ministerios involucran gentes, los ministerios se hacen con gentes; Jesús dijo que cuando das un vaso de agua a una persona sedienta, o alimenta al hambriento o viste al desnudo, es como si lo hiciera para él. La Biblia toda subraya la importancia de la persona en los ojos de Dios; los dos grandes mandamientos nos ordenan amar a Dios con todo nuestro ser y a nuestro prójimo como a nosotros mismos. Cuando Dios llena tu vida de él mismo, nace un ministerio como un fruto natural.
Muchas veces nosotras las madres solteras no estamos contentas, y no nos gozamos de una vida abundante porque tenemos muchos conceptos equivocados. ¿Cuántos de los siguientes conceptos equivocados se han alojado en tu corazón y te impiden servir a Dios con alegría?
Nadie me quiere: “Jehová se manifestó a mi hace ya mucho tiempo, diciendo: Con amor eterno te he amado; por lo tanto, te prolongue mi misericordia” Jeremías 31:3
Dios te ama, El quiere lo mejor para ti. El sabe sin lugar a equivocarse lo que realmente necesitas.

Un padre terrenal quiere lo mejor para su hija, y aunque quisiera dárselo no siempre puede; nuestro Padre celestial, sabe lo que necesitas, cuando y como dártelo en su amor y voluntad, para no afectarte. Terrenalmente los padres pecamos de egoístas y hasta condescendientes con nuestros hijos, confundiendo el verdadero amor de padre a hijo; en cambio Dios, en su inmenso amor, nos dará lo que necesitamos.
Este es un concepto equivocado “que nadie me quiere” lo debemos cambiar; si nos ponemos a hacer una lista de todas las personas que nos quieren y de las cuales hemos recibido una manifestación de cariño, nos sorprenderíamos de nuestra forma de pensar y actuar.
Ahora, Jesucristo, no vino al mundo a buscar amor, el vino a dar amor, amor puro, sin esperar nada a cambio, un amor sacrificial, que nosotras en nuestro egoísmo no queremos ver.
No esperemos amor, demos amor a los demás como Jesús lo hizo hacia nosotras.
“Amados, amémonos unos a otros; porque el amor es de Dios. Todo aquel que ama, es nacido de Dios, y conoce a Dios. El que no ama, no ha conocido a Dios; porque Dios es amor. En esto se mostró el amor de Dios para con nosotros, en que Dios envió a su Hijo unigénito al mundo, para que vivamos por él. En esto consiste el amor: no en que nosotros hayamos amado a Dios, sino en que el nos amó a nosotros, y envío a su hijo en propiciación por nuestros pecados. Amados, si Dios nos ha amado así, debemos también nosotros amarnos unos a otros. Nadie ha visto jamás a Dios. Si nos amamos unos a otros, Dios permanece en nosotros, y su amor se ha perfeccionado en nosotros. ” 1 Juan 4:7-12
Dios quiere satisfacer todos tus anhelos más profundos, Ėl quiere hacerlo, acepta que, aunque no estés casada, si no conoces a Jesús como tu salvador, tu corazón no será feliz.



No puedo servir en la Iglesia porque no tengo tiempo. Este es el pensamiento de muchas madres solteras que encontramos en las iglesias; mujeres que se aferran a su situación de mujeres solas y muy ocupadas; no deja de ser cierto, pero, podemos hacer una diferencia en nuestras vidas, dándole colores y una chispa de alegría. “Amaos los unos a los otros con amor fraternal; en cuanto a honra, prefiriéndoos los unos a los otros. En lo que requiere diligencia, no perezosos; fervientes en espíritu, sirviendo al Señor; compartiendo para las necesidades de los santos; practicando la hospitalidad.” Romanos 12:10, 11,13
Tú puedes dedicar tu tiempo en diferentes ministerios en la iglesia; Dios tiene muchas bendiciones para ti, y las perdemos al no decidirnos a servir; asumir la posición de sierva y darnos por completo a la obra de nuestro Señor. Hay muchas formas en las que puedes servir: en la sala cuna cuidando bebés, como maestra, en la limpieza de la iglesia, ganando almas, y en otros ministerios que tenga tu iglesia local.
El desafío es ocuparte en los negocios del Señor, para que seas de bendición a otras personas.
Tú tienes más tiempo y más oportunidades para las cosas de Dios y para servir a otros que la mujer casada; aprovecha estas oportunidades y hallarás que el tiempo no te alcanza para todo lo que quisieras hacer.
Si sientes dudas en qué ministerio puedes ocupar en la iglesia, consulta con la esposa de tu pastor, ella te puede decir con la ayuda de Dios, cual puede ser el lugar adecuado.

No me siento capaz para hacer ese trabajo. ¿Alguna vez has sentido que tus capacidades no son las suficientes para servir a Dios? Ó ¿Tal vez, siendo solo una persona no puedes hacer algo significativo?
Dios nos demuestra que no necesita de un grupo grande de personas los cuales se activen para llegar a cumplir la voluntad de Ėl, sino que con tan solo una persona que esté dispuesta a servirle el puede hacer grandes cosas.
‘‘Y busque entre ellos hombre que hiciese vallado que se pusiese en la brecha delante de mí, a favor de la tierra, para que yo no la destruyese y no lo hallé. Por tanto derramé sobre ellos toda mi ira; con el ardor de mi ira los consumí; hice volver el camino de ellos sobre su propia cabeza, dice Jehová el señor.” Ezequiel22:30-31

Dios no estaba buscando un gran grupo de personas las cuales hiciesen vallado, sino que buscaba tan solo una persona que se parase en la brecha a favor de la tierra, pero aun así no lo halló.

¿Quieres ser una persona más que no cumpla la voluntad de Dios, solo porque consideras que eres solo una, ó quieres ser una persona que cumpla su voluntad a pesar que eres solo una?

No subestimes lo que puedes hacer para Dios, siendo una madre soltera; Dios puede obrar atreves de cualquiera persona, de cualquier edad; siempre y cuando ella se someta a su voluntad. Un hombre o una mujer pueden cambiar el destino de millares de personas.







Dios nos muestra que el no busca a las personas que tengan las capacidades más grandes ó más llamativas, sino que el busca un corazón dispuesto que anhele su presencia y su voluntad sobre todas las cosas. ‘‘Entonces dijo Moisés a Jehová: ¡Ay, señor! Nunca he sido hombre fácil de palabra, ni antes, ni desde que tú hablas a tu siervo; porque soy tardo en el hablar y torpe de lengua. Y Jehová le respondió: ¿Quién dio la boca al hombre? ¿O quien hizo al mudo y al sordo, al que ve y al ciego? ¿No soy yo Jehová? Ahora pues, ve, y yo estaré con tú boca, y te enseñaré lo que debas de hablar. Éxodo 4: 10-12’’.
Vemos a un Moisés, totalmente inseguro, dudaba de su capacidad para hacer lo que Dios le había mandado; solo Dios puede darte la seguridad y confianza; solo él puede tener todo bajo control para que tú, con todas tus inseguridades y debilidades puedas ser útil en la obra del Señor.
Solo necesitamos serle fiel y hacer su voluntad en todo tiempo.

¿Cual será tu respuesta cuando Dios te llame a servirlo, será un sí, señor, aquí estoy, o dirás como Moisés, señor manda a otro porque mis capacidades no son suficientes?

‘‘Todo lo que te viniere a la mano para hacer, hazlo según tus fuerzas...’’Eclesiastés 9:10a

Quiero hablarles del ministerio que Dios ha permitido que yo le administre, se trata del comedor Infantil “Pan del Cielo”.

El deseo de mi corazón por muchos años era poder servir a Dios en un área tan importante para Ėl como son los niños y las mujeres desvalidas; todo este tiempo pensé que yo no podría tener bajo mi cargo tal responsabilidad, porque para tener un proyecto de esta magnitud, tenía que dedicar parte de mi tiempo, y sacrificar lo que yo consideraba lo más importante, hacer lo que yo creía era voluntad de Dios.
Cuando nosotras creemos que sabemos cuál es la voluntad de Dios y resistimos al Espíritu Santo acerca de otras cosas que Dios quiere que hagamos, no estamos haciendo su voluntad, solo estamos siendo cómodas en nuestra propia opinión ,acomodando todo a nuestros deseos y vamos aplazando obras y grandes bendiciones que Dios tiene para nuestras vidas.




Dios ha tratado conmigo de muchas maneras; ahora que decidimos obedecerle en este gran ministerio, he podido ver la mano de Dios.
En el Comedor infantil hemos visto como Dios ha suplido todo lo que necesitamos para poder alimentar a más de 60 niños; como ha provisto de los utensilios, el local, hermanos con un corazón sensible a las necesidades de estos niños y todo lo necesario para que ellos se sientan confortables,; donde se les da un trato especial, en donde ellos se sientan especiales e importantes. Otro de los objetivos importantes de este comedor, es la educación bíblica que todos los días les impartimos a los niños y madres que vienen al comedor. Su alimentación es completa: física y espiritual; la satisfacción más grande que hemos vivido es ver cómo estos niños vienen a los pies de Cristo, aceptan a Jesús como su Salvador, le piden perdón por sus pecados y le dan gracias por salvarlos.
Niños que nunca han tenido una comida completa, que no conocen de algunos alimentos que se comen en las comidas y que solo los habían visto en los comerciales de la televisión o en las revistas.
Hablemos de las madres de estos niños: mujeres, madres solteras, abandonadas y sufridas, marginadas por una sociedad que solo las necesita para explotarlas y bajar su estima al punto que piensan que para ellas
“ no hay solución a sus problemas”.
Soy madre soltera, y por experiencia sé, que es difícil tratar con ellas, son desconfiadas, inseguras y muchas guardan en su corazón mucha amargura y rencor; su corazón está endurecido por las circunstancias que han tenido que vivir; y la verdad es, que ellas también necesitan la salvación que Cristo ofrece, no importa su pasado y la vida que lleva; atendemos madres solteras así en el comedor y le doy gracias a Dios por haber atendido a su llamado; podemos ver el resultado, lento pero seguro del cambio que se está dando en la vida de algunas de ellas.
Hacer mi parte dentro de la voluntad de Dios y en su obra, ha sido mi mejor elección; puedo decirte que las bendiciones son muchas y la satisfacción de poder hacer lo que Dios manda es increíble; tú, puedes hacer lo mismo, no busques más pretextos, no te encierres en tu mundo de soledad, rompe el cascarón y permite que Dios haga en tu vida lo que él desea.
Haz tu parte y Ėl, hará la suya.

Madre soltera con propósito, haciendo tu parte

Madre soltera con propósito, haciendo tu parte

jueves, 19 de mayo de 2011

FORMANDO HIJAS QUE SIRVAN A DIOS



“…Nuestras hijas como esquinas labradas como las de un palacio.”
Salmo 144:12b




Al mirar con visión el mensaje profético, el rey David también pudo ver algunas de las virtuosas hijas de Sion. Esto también influenció en su oración, porque dijo: Señor, líbranos de nuestros enemigos, para que sean “nuestras hijas como esquinas labradas como las de un palacio” (Salmo 144.12). Al igual que en su oración por los jóvenes, David oró que Dios hiciera volver a los hombres a casa para el bienestar de sus hijas. Muchos cristianos piensan que el padre no tiene mucha influencia en las vidas de sus hijas. ¡Esta opinión es peligrosa! Es peligroso porque se notan los efectos de esto en las últimas dos generaciones de madres débiles que la iglesia produjo en el siglo pasado. Gracias a Dios, algunos ya notaron que esta idea es errónea y están cambiando su modo de pensar.
Las piedras de la esquina tienen un papel muy importante en la construcción de un palacio. Ellas contribuyen grandemente a la estabilidad de las paredes y ligan todo el edificio para hacerlo estable. Además, estas piedras son las que los albañiles usan para alinear y aplomar las demás. Se requiere que sean labradas correctamente, a mano. Además, para adornar un palacio de piedras es necesario que las piedras de las esquinas sean pulidas. Las piedras de las paredes son muy similares unas a la otras, y se ve solamente una cara de ellas. Pero las de las esquinas muestran sus dos caras y es por esto que ellas son las que son usadas para adornar el edificio. Por esta razón, se invierte más tiempo en labrarlas y pulirlas.
En el Salmo 144, David hace una analogía de tales piedras especiales con nuestras preciadas hijas. Al entender esto de esta manera, los judíos más espirituales le sacaron una abundancia de inspiración e instrucción a este precioso Salmo.
Ahora bien, saquémosle provecho a esta analogía para el bien de nuestras hijas; ¿Qué visualizamos y qué meta tenemos para nuestras hijas? Yo puedo visualizar a una jovencita virtuosa de aproximadamente 18 años de edad. Su rostro luce brillante porque tiene un corazón limpio. Ella es una de las hijas del rey totalmente gloriosa. Ella espera ser colocada en un palacio del reino de Dios. La gracia de Dios mora en ella y todos los de alrededor lo reconocen. Además, ella es virgen y guarda su corazón y su cuerpo para su esposo. Ella está preparada para guiar a su hogar y cuidar a su familia. Del mismo modo, ella resplandece hermosa con una hermosura pura y sana: sin adorno externo, “sino el interno, el del corazón, en el incorruptible ornato de un espíritu afable y apacible” (1 Pedro 3.4). ¿Te la puedes imaginar?
Tal jovencita es una “esquina labrada como la de un palacio”, queridas hermanas, yo quiero tener esta clase de hijas; pero, ahora hago la pregunta: ¿Cuánto me va a costar tener tales hijas que tengan un buen testimonio?
La respuesta para esta pregunta se expone en la Palabra de Dios. Es mi deseo poder revelarles el costo y las bendiciones de las preciosas joyas que son nuestras hijas.
Reflexionemos nuevamente en la analogía que estamos viendo para sacar de ella aplicaciones prácticas. Nosotros encontramos que hay visión en la analogía. Cuando el artífice, ese hombre adiestrado en labrar esquinas, se acerca a la piedra para formarla y pulirla, él ya tiene una visión mental de esa piedra, escrupulosamente pulida y colocada en su lugar. De hecho, él puede visualizarla embelleciendo el palacio. Esta visión es una parte importante del secreto de labrar.
No obstante, existe otro secreto para labrar piedras. Aunque es preciso que el obrero pueda visualizar la piedra terminada y puesta en su lugar, las piedras no se labran por sí mismas. ¡Hay que tomar las herramientas y esforzarse en la obra! El martillo, el cincel y las demás herramientas no trabajan por sí solas. Al trabajar en la labranza se sabe que se escuchará mucho ruido y se verá lastimaduras en la piedra mientras el artífice la corta y le da forma. ¿Puedes ver la analogía en este versículo? Se necesitan visión y dedicación (trabajo). Y David oró por las dos porque tenía una carga profética en su corazón.
Amada hermana, es necesario que veamos el propósito de Dios para nuestras familias. Dios tiene un plan específico para cada una de nuestras hijas. Es el deseo de Dios que ellas sean una fuerza y hermosura para sus futuros hogares. Como las esquinas labradas de un palacio, ellas deben ser la conexión vital de las demás partes del edificio.
Las madres de una nación son una de las influencias más poderosas de sus ciudadanos. No obstante, las madres piadosas no se forman por sí mismas. Mas bien, son moldeadas, día tras día, por las manos de padres que visualizan las grandes y futuras posibilidades de su pequeña hija.
Dios no prepara a tu hija para ser una mujer espiritual como premio a tu devoción, sino que exige, además, un proceso largo de enseñanza justa, de tiempo, de ejemplo y de oración. La Biblia y la historia nos ilustran sobre cuántos hombres y mujeres de Dios ejemplares no lograron formar bien a sus hijos e hijas. Y si bien los riesgos siempre existen. Dios ha dado hermosas promesas para quienes trabajan formando hijos. Proverbios 22:6 “ Instruye al niño en su camino, y aun cuando fuere viejo no se apartará de él.”
Me gustaría mostrarte dos factores que considero son muy importantes para poder lograr que nuestras hijas sean las mujeres de Dios que tanto anhelamos:
1. Visión
2. Trabajo
Vemos como David, tiene el deseo, un deseo que se convierte en una proyección hacia el futuro, no se estanca y piensa en el ya, él va más allá del presente.
1. ¿Qué es la visión?
Capacidad para comprender las cosas de manera acertada; es una imagen hacia futuro de lo que deseamos sean nuestros hijos; su propósito es guiar, alentar y controlar a la hija para que logre alcanzar lo que deseamos sean. Nos vamos a orientar hacia el futuro.
Para lograr tener una visión bien orientada de lo que deseamos sean nuestras hijas, necesitamos estar llenas del Espíritu Santo y tener mucha sabiduría; estos dos importantes ingredientes no se encuentran en una farmacia y mucho menos en una tienda de decoración de interiores, los encontramos en la Biblia.
A. Llenura del Espíritu Santo: Una madre Salva, que conozca al Señor Jesucristo como su Salvador y que tenga un caminar con Dios. “Por tanto, nosotros todos, mirando a cara descubierta como es un espejo la gloria del Señor, somos transformados de gloria en gloria en la misma imagen, como por el Espíritu del Señor.” (2da Corintios 3:18).
B. Sabiduría:
 Grado más alto del conocimiento; que nuestras hijas vean en nosotras mujeres que conocen más de la Palabra de Dios que ellas.
 Conducta prudente en la vida o en los negocios.
 El Verbo divino. “El principio de la sabiduría es el temor a Jehová…” (Proverbios 1:7)
2. Trabajo:
 Obra, resultado de la actividad humana.
 Esfuerzo humano aplicado a la producción de un producto.
Podemos hablar mucho del trabajo; si nos agrada o no trabajar; solo que , aquí nos vamos a enfocar en el trabajo que tenemos que hacer para lograr que nuestra hijas puedan servir a Dios con sus vidas.
Primero quiero aclarar que no es un resultado en 30 años, vamos a trabajar para que se vean los resultados ahora y podamos lograr la visión que tenemos a futuro.

Y si bien los riesgos siempre existen. Dios ha dado hermosas promesas para quienes trabajan formando hijos.
 ¿Conoce tu hija al Señor Jesucristo como su Divino Salvador?
Empezamos por saber si tu visión está bien enfocada; una hija que tenga la seguridad de la vida eterna y el deseo de servir a Dios en su corazón.
Entre la juventud nos encontramos muy a menudo con hijos de creyentes que esconden serias dudas sobre su salvación personal y efectiva. Es más, muchos aseguran no haber tenido nunca la experiencia de la conversión. Entre las muchas cosas que algunos padres dan erróneamente por sentado en cuanto a sus hijos, ésta suele ser una. Y es fundamental, por eso hago la pregunta: ¿Ha nacido de nuevo tu hija?
¿Ve en Jesucristo su personal Señor y Salvador?

Entonces, desde que nuestra hija es una niña ya debemos estar orando y poniendo los cimientos para que ella pueda tomar la decisión más importante de su vida; no podemos esperar hasta que sea una jovencita porque hemos perdido muchos años de su vida. ¿Qué mejor experiencia que hacerlo tú misma? Guíala a un encuentro con Ėl, y estará lista para comenzar ese camino largo, trascendente y vital, el camino para llegar a ser una mujer de Dios.


 Preparar mi corazón para tener el deseo de conocer más de mi Dios y hacer su voluntad.
“Porque la Palabra de Dios es viva y eficaz, y más cortante que toda espada de dos filos; y penetra hasta partir el alma y el espíritu, las coyunturas y los tuétanos, y discierne los pensamientos y las intenciones del corazón.” (Hebreos 4:12).
Nuestras hijas deben ver a una madre que lee su Biblia; que aplica en su vida cada una de las enseñanzas que hay en ella, la sabiduría viene de la Palabra de Dios, no de libros de psicología o de revistas del mundo.
Necesita ver a una mami espiritual, que cada palabra que salga de su boca sea con sabiduría; palabras que hablen del amor de Dios, con versículos memorizados; que podamos referirnos siempre a la Biblia para explicarles ya sea para un sí como para un no, la decisión que tomamos.
 Una madre que ora.
“Deléitate asimismo en Jehová, y él te concederá las peticiones de tu corazón. Encomienda a Jehová tu camino, y confía en él; y él hará.”(Salmo 34: 4,5).
Busquemos el rostro de Dios en la oración, nuestro corazón debe estar siempre dispuesto para acercarnos al Señor, caminemos guardando sus mandamientos, confesando nuestros pecados y apartándonos de todo mal. Un tiempo de oración, el lugar y el momento tu lo decides de acuerdo a tus necesidades; que tu hija vea y sienta que eres una mujer de oración…has la oración parte de tu vida, cada decisión que hagas debe ser consultada con Dios en oración.
Si tu eres agradecida, tu hija va a aprender que ese Dios al que le oras, es el mismo en el que ella puede confiar; que la mueva a bendecir con sus labios, su corazón y su vida a quien está pendiente de sus vidas y los atiende, Dios.
Hijas agradecidas, son el resultado de madres fervientes en la oración; nuestras hijas deben ser agradecidas con Dios por todos los días de su vida.

 Una madre auténtica.
"Trayendo a la memoria la fe no fingida que hay en ti, la cual habitó primero en tu abuela Loida, y en tu madre Eunice, y estoy seguro que en ti también" (2 Timoteo 1:5).




En la familia de Timoteo reinaba la tradición cristiana. Conocemos nombres en tres generaciones. Detrás de Timoteo está Eunice, y detrás de ésta, Loida. Los tres manifiestan una «fe no fingida», que ha pasado de uno a otro. La fe no es impartida por los padres sino que procede de Dios.
Dios se complace en permitir que su bendición se acreciente en las sucesivas generaciones, imprimiendo el valor de lo que permanece y el conocimiento de ser llamado, dentro de la familia
para glorificar el nombre del Señor.
Ni Loida ni Eunice se imaginaron que Timoteo iba a ser llamado a un lugar de tanta prominencia en la Iglesia de Cristo. A Pablo, esta familia espiritual, que va de una generación a otra, como israelita, le parece especialmente hermosa. Se goza al contemplarla. Pero nos habla de ello por algo más: quiere llamar nuestra atención a lo realizado por la madre, la forma en que Dios la usó, a ella y a Loida, para inspirar la fe ferviente y real en Timoteo. Vemos a una madre sola, con un hijo que tiene que educar y a una abuela, que en todo momento representó la verdad en su vida.

Pablo viene a decirnos que el hecho que Timoteo fuera criado bajo la influencia de la gracia es motivo en sí para dar gracias a Dios. La salvación puede tener lugar a cualquier edad, incluso a edad muy avanzada, pero el llegar lejos en el conocimiento de Dios suele ser más seguro cuando el niño ha sido criado dentro de las Escrituras. El corazón, espíritu y conciencia del niño es más tierno y en él se hunden de modo indeleble las enseñanzas. Cuando han sido imprimidas con eficacia difícilmente se borran más adelante. Timoteo tuvo un inmenso privilegio al poder ser educado desde la niñez en el camino del Señor. Para él, el conocimiento de la Escritura y el contenido de la fe fue vívidamente real. No eran un mero barniz formal, sino que habían crecido y se habían hecho una posesión inseparable de su propia vida y conciencia.

Timoteo le debía esto a su madre; este es el privilegio de algunos hijos de madres cristianas, pero no de todas. Algunos hijos de madres cristianas, convertidos, han dicho que no recibieron la más mínima bendición de su madre. Pero en otras ocasiones la madre inspira de modo permanente la vida del hijo y éste conserva siempre sagrados recuerdos de ella. Es algo glorioso que unifica a los dos espiritualmente. La ternura del amor materno es santificada por el amor de Cristo; el amor maternal potencia el ferviente anhelo de la madre de que el hijo sea del Salvador. La madre no descansa hasta que de un modo u otro, leyendo historias de la Biblia, dando consejos, ejemplo, estimulo, como sea, le induce a abrir su corazón al Salvador que se le está revelando por aquellos medios.

 Una Madre que respeta y obedece a sus autoridades.
“Y todo lo que hagáis, hacedlo de corazón, como para el Señor y no para los hombres”
Colosenses 3:23
Hipocresía: Actor-Achis, fingimiento de cualidades o sentimientos y, especialmente de devoción y virtud.
Engaño, fraude, mentira; finge o aparenta lo que no es o lo que no siente. Es una persona inicua.
Judas, el traidor; el hombre que entregó a Jesucristo por 30 monedas de plata.
Un hombre como pocos que tuvo el privilegio de conocer personalmente a Jesucristo.
Nosotras perdemos la oportunidad de conocer a Jesucristo por estar buscando los mismos intereses que hicieron de Judas el hombre más egoísta sobre la tierra.
Les menciono algunos puntos que hicieron de este hombre un fraude:
• No tenía una relación íntima con su maestro, Salmo 55:13-14 “Sino tú, hombre, al parecer intimo mío, mi guía, y mi familiar; que juntos comunicábamos dulcemente los secretos, y andábamos en amistad en la casa de Dios.”
• El había visto a Jesús, pero no lo conocía, Salmo 62:4
“Solamente consultan para arrojarle de su grandeza. Aman la mentira; con su boca bendicen, pero maldicen en su corazón.”
• Había oído a Jesús, pero no lo había entendido, Salmo 55:21ª “Los dichos de su boca son más blandos que mantequilla. Pero guerra hay en su corazón.”
• Tenía una religión, pero no tenía una relación con Ėl,
Mateo 23:28 “Así también vosotros por fuera, a la verdad, os mostráis justos a los hombres, pero por dentro estáis llenos de hipocresía e iniquidad.”
Satanás necesitaba un hombre como Judas, para que hiciera su trabajo: vio a Jesús, pero no lo conoció; supo los movimientos de Jesús, pero no entendió su propósito; vio sus milagros y poderes, pero no conoció al Dios hecho carne.
El resultado de la lección de este traidor: Judas tenía un manto de religión, pero nunca conoció el corazón de Cristo.
Queridas hermanas, tengamos una buena relación con Dios y no una religión, porque pasamos a ser seguidoras de Judas.
Que nuestra meta sea conocer, obedecer y seguir de corazón a nuestro Señor Jesucristo. Santiago 3:17, Filipenses 2:8.
Cada vez que obedecemos a nuestras autoridades como su pastor, las autoridades de turno; estamos obedeciendo y conociendo del amor de Cristo y del ejemplo que debemos seguir.

 Una madre con un espíritu agradecido

“Dad gracias en todo, porque esta es la voluntad de Dios para con vosotros en Cristo Jesús.”1 Tesalonicenses 5:18.

Una actitud positiva, nace de un espíritu agradecido; una de las tareas más creativas para cualquier mujer, sería el de escribir una página semanal sobre el tema: ¿Por qué estoy agradecida? El agradecimiento cambia nuestras actitudes negativas por otras positivas. Mi nieta Keyla, tiene cuatro años de edad y ya ella le da gracias a Dios por todo; ella había estado orando por una perrita, chiquita y lanuda, Dios le concedió su oración; desde que amanece, hasta que anochece no se cansa de dar gracias a Dios por su perrita Molly.
Ciertamente debemos tener una actitud positiva y un espíritu de agradecimiento;
• La mujer agradecida es humilde, mientras que la mujer mal agradecida revela un corazón lleno de orgullo.
• La mujer agradecida se siente muy indigna y por lo tanto, cree que tiene más de lo que realmente se merece; la mujer mal gradecida, siente que merece más de lo que tiene.
Un corazón agradecido es consciente de Dios y los demás, mientras que un corazón mal gradecido es ególatra.
El contentamiento es inseparable de la confianza en un Dios personal que dirige cada paso de mi vida con un sentido y un propósito. Y esto conlleva una serenidad profunda en toda situación; es la serenidad que le permitió pronunciar al Señor Jesús, en medio de «gran clamor y lágrimas» (Hebreos 5:7), su célebre oración de aceptación: «Padre, si es posible que pase esa copa de mí, mas no se haga mi voluntad, sino la tuya».
Es importante que reconozcamos los beneficios que diariamente recibimos de parte de Dios, que estemos dispuestos a reconocerlo públicamente, testificando del sacrificio que hizo en la cruz por cada una de nosotras. El día tiene veinticuatro horas, no puede haber una hora del día en que no le mostremos nuestro agradecimiento a Dios.
“El hacer tu voluntad, Dios mío, me ha agradado, y tu ley está en medio de mi corazón.” Salmo 40:8

Busquemos siempre tener un buen testimonio en nuestras vidas, que nuestras hijas deseen servir a ese Dios que tú sirves; un Dios vivo que contesta oraciones y suple tus necesidades.
Seamos madres
Madres que pusieron vallas cuando el pecado quiso tomar a nuestras hijas, que supieron abrir su boca con sabiduría. Proverbios 31: 26 “Abre su boca con sabiduría, y su ley de clemencia está en su lengua.”
Madres que tuvieron al Señor como Rey y Señor de sus vidas, orando y derramando su alma por su hija. 1Samuel 1:15 “…Sino que he derramado mi alma delante de Jehová.”
Madres que que fueron capaces de tomar la promesa del Señor del Salmo l44: 12b “… Nuestras hijas como esquinas labradas como las de un palacio.” Y reclamársela al Señor para que las hijas fueran como "esquinas labradas"; toda una belleza para el evangelio glorioso.
Para que tu hija llegue a ser una mujer de Dios, debes tratar de hacer las cosas cada vez mejor y corregir lo que hayas hecho mal. ¡Pero gracias a Dios que su poder no está limitado por nuestras fallas!