lunes, 29 de noviembre de 2010
Consejos para tener una bonita Navidad
Se acerca la Navidad, época de alegría, reuniones familiares, y mucha actividad.
Aquí tienes unas ideas para que puedas experimentar una Navidad más tranquila. Según vas preparándote para esos días tan especiales recuerda el verdadero motivo por el cual celebramos esta festividad: Jesús nació para ofrecernos el mejor regalo - la salvación.
Ideas para organizar el hogar
Comienza desde ahora a hacer una limpieza profunda de tu hogar.
Después, durante el ajetreo de las vacaciones, sólo tendrás que hacer
limpiezas rápidas.
Designa un lugar para tener todos los accesorios de regalos como
papel navideño, cintaadhesiva, tijeras y cintas decorativas.
Cuando te toque envolver regalos, ya sabrás dónde está todo.
Da mantenimiento semanal a las áreas más concurridas de tu casa, como el salón.
Si llega visita inesperada, no pasarás por sofocos innecesarios.
Ten galletas, bebidas y dulces navideños en tu alacena para
ofrecer a las visitas. Deja las preparaciones más
elaboradas para las comidas de Navidad y Año viejo.
Anota en un papel dónde guardas los regalos.
Los Regalos
Prepara la lista de regalos con anticipación. Escribe el nombre de las personas a las que deseas regalar algo, y asigna un presupuesto. Cuando vayas a las tiendas pon en un sobre el dinero y escribe los nombres de las personas para las que vas a comprar con la cantidad asignada para su regalo.
Recuerda que hay muchas cosas bonitas que puedes preparar tú misma en casa como regalos personalizados. Si sabes tejer o hacer punto de cruz, busca proyectos sencillos que puedas regalar.
No olvides que el amor no se mide de acuerdo a lo costoso que sea un regalo. Da amor y tu tiempo como regalo principal.
Ten en cuenta las aficiones de la persona a la que vas a regalar. A alguien que le gusta el golf, le puedes regalar algo relacionado, como un libro sobre ese deporte o una guía de campos de golf cercanos.
Puedes preparar cestas con cosas que le gustan a esa persona. Por ejemplo, a alguien que le gusta el cine le puedes poner palomitas de maíz, una guía de los últimos estrenos, un DVD de una película reciente, y así por el estilo.
Ten en casa pequeños regalos que puedas dar a visitas inesperadas o a gente que te invite a su casa.
Agenda de actividades
Haz un calendario familiar donde tengas anotadas todas las actividades ya previstas como las fiestas de la escuela, las actividades navideñas en la iglesia, los ensayos para presentaciones, etc.
Lleva siempre contigo la agenda y anota las actividades de cada miembro de la familia. Trata de no sobrecargar las semanas y no poner más de una actividad especial por día. La idea es compartir como familia, no andar cada uno por su lado.
En lugar de hacer muchas cenas, haz dos o tres reuniones navideñas para tomar café y comer postres navideños. Es más económico, más relajado, y los demás no se sentirán obligados a preparar otra cena navideña.
La navidad es un tiempo que debería ser de alegría, gozo y paz; cada cosa que hagamos ya sea individual o en familia, tiene que ser agradable, necesitamos reflejar el amor de Dios en todo lo que hagamos.
Celebramos el nacimiento de nuestro Salvador, Dios hecho carne, el niño que un día fue presentado en sacrificio vivo por mí y por ti.
Tiempo de alegría y felicidad; tiempo de dar y no esperar qué vamos recibir…sigamos el ejemplo de Jesucristo y demos todo lo que tenemos por amor a otros.
sábado, 20 de noviembre de 2010
EL REGALO DE DIOS
“Enseñándoles que guarden todas las cosas que os he mandado; y he aquí yo estoy con vosotros todos los días, hasta el fin del mundo. Amén”. Mateo 28:20
Cada año para esta época se celebra “la navidad”, si bien es cierto, mucha gente la festeja de diferente forma; son pocos los que conocen la verdad que Dios ha revelado a su pueblo: “He aquí una virgen concebirá y dará a luz un hijo, y llamarás su nombre “Emanuel, que traducido es: Dios con nosotros.”
Mateo 1:23. Este texto mucho más que una bonita expresión, es la experiencia propia del Creador del universo dejó su gloria celestial y bajó a la tierra para cumplir su obra y que gocemos nosotros de su divina presencia.
El momento más significativo de mi vida fue cuando el niño de Belén, nuestro señor Jesucristo, nació en mi corazón, y desde ese momento gocé de la vida eterna. Este regalo inmerecido que Dios me dio, me llevó a gozar de su presencia y nada de lo que soy hoy hubiera podido ser sin su amor y misericordia.
Yo sabía que no podría moverme a ninguna parte, no daría un solo paso, sin tener la certeza que Dios estaría conmigo; la presencia del Señor Jesús debe estar en nuestro andar diario; convencidos de esta verdad y tener la certeza que lo que hacemos está aprobado y respaldado por Jesucristo, “…Porque separados de mi nada podéis hacer”. Juan 15:6c.
Recibimos de él, la protección necesaria para que nos vaya bien; nos ayuda, nos ama y nos guía. En nuestra vida si seguimos su orden divino, tendremos paz y calma, sin apuros ni ansiedad, porque Dios tiene todo bajo control, “Cuando pases por las aguas, yo estaré contigo; y si por los ríos, no te anegarán. Cuando pases por el fuego, no te quemarás, ni la llama arderá en ti.” Isaías 43:2.
Cada una de estas promesas las he vivido en los últimos quince años como madre soltera; yo inicié una nueva etapa de mi vida acompañada de mis hijos, y no la habría sobrellevado si no fuera por el amor y la misericordia que el Señor Jesús tuvo por mí.
Dios me dio dos hijos o mejor dicho me los prestó para que administrara sus vidas que por su gracia son sus hijos también; gozan de la vida eterna y cada uno le sirve de diferentes maneras; Jaime Cesar, joven empresario, disfruta de su presencia y de sus ricas bendiciones; Libny, llamada a servir tiempo completo en la obra, está casada con Samuel Ruiz, misionero a Chihuahua, México, tienen una obra que ya está teniendo frutos que prevalecen; tengo una nieta de cuatro años, su nombre es Keyla, ella también es misionera a Chihuahua.
Antes que yo pudiera ver estas bendiciones, pasamos por muchas pruebas; hubo momentos en que pensé que no podría seguir adelante; me debilitaba, y el desánimo hacía presa de mi; la promesa que Dios iba a estar siempre con nosotros, me daba la fuerza para seguir adelante; Dios con nosotros, es lo que nos debería animar a seguir adelante; Dios con nosotros es la seguridad, la confianza que hay en la vida de cada creyente que el señor Jesús nos cuida.
Me siento muy contenta de poder hablarles de mis hijos; regalos de Dios, que ya son tres, con Samuel, que ha venido a ser un esposo amoroso, un padre ejemplar y un fiel siervo del Señor; quince años atrás, es probable que si me hubieran dicho que estaría gozando de todas estas bendiciones, creo que me reiría, hasta me disgustaría con esa persona, porque mi vida era un caos, un tormento completo, no veía salida a mi situación y mis hijos estaban muy desorientados igual que su mamá.
Fue poco a poco que apropié esa promesa que Dios está con nosotros todos los días de nuestra vida, y pude comprobar los beneficios que esta verdad conlleva; mis hijos fueron salvos, asistían a la iglesia, se entregaron los dos a servir tiempo completo a la obra; mi hija, dejó todo y fue a estudiar a un colegio bíblico, donde encontró a su esposo y hoy, los dos, le sirven como misioneros.
Como madre puedo ver cómo, con la ayuda de Dios, rompimos las cadenas de la maldición del divorcio, en nuestra familia; mi hija está felizmente casada con un varón de Dios, y el único deseo de ellos, es servirle hasta que él decida llevarlos a su presencia.
Mi vida en estos últimos quince años ha estado llena de bendiciones y más bendiciones, me he podido gozar en el ministerio sirviendo a Dios, he recibido todo lo que he necesitado y más, me siento indigna de recibir tanto amor de mi señor Jesucristo.
La verdad de la navidad es: Dios con nosotros, todos los días es navidad para mi, todos los días puedo gozar la bendición de tener a Dios conmigo, me gozo al verlo en cada cosa que pasa en mi vida, en cada objeto que está a mi alrededor; en la lluvia, me gusta cuando llueve; en el cambio de las estaciones, otoño es mi favorita; cuando escucho las aves cantar; ver el amanecer; disfrutar de ir a la playa y ver las olas del mar; ver a mi nieta crecer y que yo puedo contribuir en su crecimiento espiritual, enseñándole en la casa como la abuelita a hacer las galletas de navidad y en la iglesia como su maestra de escuela dominical; ¿cómo no estar agradecida con Dios y darle gracias por estar con nosotros todos los días de nuestra vida?
Querida hermana, para poder tener la certeza que Dios está con nosotros, debemos conocerle íntima y personalmente; nuestra alma, corazón y mente debe estar lleno de él; conocer a Dios es mucho más que sólo saber cosas acerca de Él; es llegar a tener una relación personal más profunda con Él, como resultado de buscarle en medio de nuestro dolor y alegrías; descubrir que es todo para nosotras. Solo en la proporción que le conozcamos llegaremos a tener la convicción que Dios es con nosotros.
Te animo hermana, a que busques a Dios y confíes en él, no como un estado mental pasivo, <
Es mi oración que le demos gracias a nuestro Padre Celestial por la bendición de concedernos el don de su Hijo Jesucristo; tener a nuestras familias con nosotros y poder alabarle y honrar su nombre.
Guardémonos fieles al Señor Jesús, cuidemos la comunión con nuestro Salvador y tengamos presentes que separados de Él, nada podemos hacer.
Es el tiempo de experimentar que Dios está con nosotros, en todo momento, en toda circunstancia difícil, y que podemos contar con Él eternamente y para siempre.
“Por esta causa doblo mis rodillas ante el Padre de nuestro Señor Jesucristo, de quien toma nombre toda familia en los cielos y en la tierra.” Efesios 4:14-15
martes, 9 de noviembre de 2010
Cuidando nuestro cuerpo, hecho a imagen y semejanza de Dios
“El cual nos consuela en todas nuestras tribulaciones, para que podamos también nosotros consolar a los que están en cualquier tribulación, por medio de la consolación con que nosotros somos consolados por Dios.” 2Corintios 1:4
Todas estamos sometidas a acontecimientos estresantes a lo largo de nuestra vida. Una persona puede sentir, por ejemplo, ansiedad ante uno de estos acontecimientos. La ansiedad conlleva una serie de síntomas físicos, como palpitaciones y liberación de las llamadas hormonas del estrés. Cuando la ansiedad se produce muy a menudo, no es extraño que pueda acabar produciendo enfermedades físicas o alteración del funcionamiento de determinados órganos. Es decir, nuestros estados emocionales influyen en nuestro cuerpo (por ejemplo, se ha visto que en las personas deprimidas también suele darse un debilitamiento del sistema inmunitarioLas emociones, no surgen de la nada, sino que están relacionadas con nuestro modo de interpretar lo que nos sucede. Si interpretamos algo como amenazante sentiremos ansiedad. Esta reacción puede dar lugar a síntomas como dolores de estómago o de cabeza, tensión muscular, enfermedades infecciosas o enfermedades respiratorias, tal y como han demostrado algunos estudios en los que se ha visto cómo pueden aparecer estos síntomas tras un acontecimiento estresante.
Nuestra forma de ver el mundo también influye en los síntomas de enfermedad que ya presentamos. Las personas con sentimientos y pensamientos de desesperanza, desamparo y depresión que, además, tienen poca capacidad para enfrentarse a situaciones estresantes o resolver los problemas de sus vidas (la llamada capacidad de enfrentar el problema, peligro o situación), tienen más probabilidades de tener enfermedades con largos periodos de aflicciones.
Nosotras podemos ser victoriosas sobre nuestras emociones con la ayuda de Dios; ¿Cuáles son estas emociones que están siendo difíciles de ser controladas en tu vida?
Depresión, ansiedad, soledad, fracaso, ira, enojo, amargura, amor romántico, orgullo, culpa, temor, otros
Los estados somáticos y enfermedades en tu cuerpo tienen origen en la mente y son el reflejo de una dificultad que va más allá del cuerpo y definen el alejamiento de tu “ser esencial”
La salud, como la “no salud”, es el reflejo de tus creencias. Cada cambio que tu cuerpo experimenta sólo puede comenzar a sanar, cuando tú empiezas a sanar tu relación esencial interna con Dios.
Las enfermedades implican la necesidad de plantearte verdaderos cambios de comportamiento; estos pueden modificarse con la programación de tus creencias y convicciones, para que sean generadoras de vitalidad y entusiasmo, es decir, estés en constante crecimiento
Como ejemplo de señales, un dolor de cabeza está indicándote que tú te encuentras con una dificultad de autodominio y de reconocimiento de tu propio deseo insatisfecho.
Los dolores del cuello, implican ciertos estados de terquedad; la tos manifiesta tu necesidad inconsciente de ser reconocido o que te resistes a hacer algún cambio.
Los dolores ubicados en la parte baja de la espalda, te dan indicios de la preocupación por la escasez de dinero, lo mismo que la ciática. La parte alta de tu espalda, se relaciona con la creencia de que careces de apoyo emocional. Los pulmones, se vinculan con tu facultad para inspirar la vida plenamente; y así con cada parte del cuerpo.
Toda dolencia o malestar físico, es un estado de auto-culpa que tú generas, por el hecho de no haber podido resolver una determinada situación. Es decir, el “no perdón” es un estado de auto-juzgamiento, que determina una enfermedad en tu cuerpo.
“Enfermedad”, es una palabra compuesta del latín “in-firmus”, que significa “Sin Firmeza”. Si comienzas a erradicar el sentimiento de culpa; estarás dejando las cárceles del saboteo mental en el que el diablo te quiere tener, y te liberarás de estas ataduras. ¿Estás sana en realidad? ¿Celebras tu vida poniendo primeramente a Dios en tus pensamientos? Mientras más ganas de vivir tienes, más en equilibrio estarás contigo mismo y con el mundo.
Encuentra el equilibro en tu conexión directa con Dios, así tu mente rebozará de gozo y plenitud y tu cuerpo será su fiel reflejo.
La mujer que es psicosomática, la enfermedad forma parte de sí misma: “ soy nerviosa” "tengo úlceras en el estómago" ”sufro de dolor en las piernas, "soy asmática". La enfermedad es parte de ella, y ella es la enfermedad.
La Biblia habla de las 9 manifestaciones del fruto del Espíritu en Gálatas 5:22-23 “Mas es el fruto del Espíritu es amor, gozo, paz, paciencia, benignidad, bondad, fe, mansedumbre, templanza; contra tales cosas no hay ley.”
Si pudiéramos aprender de una vez y para siempre que cada uno de estos frutos son el remedio para prevenir enfermedades en el cuerpo producidas por las emociones, estaríamos libres de tanto dolor y pesar en nuestras vidas.
Las emociones en sí, no son el problema, porque Dios, es un Dios de emociones; fuimos creadas a su imagen y semejanza, por lo tanto tenemos emociones, ¿cuáles son esas emociones?
Dolor, Tristeza - Génesis 6:6
Enojo, decepción – Isaías 1:11-14
Amor, alegría, gozo – Sofonías 3:17
Tristeza, dolor enojo – Marcos 3:5
Alegría, asombro, regocijo – Lucas 7:9
Llanto – Lucas 11:35
Gozo – Hebreos 12:2
La única diferencia es que Dios las sintió por nosotras, él, en ningún momento las uso como motivo para autodestruir su cuerpo, y mucho menos para que nosotras las usáramos como un arma en contra de nuestra salud física.
En Gálatas 5:19-21 vemos cuál es el verdadero origen de todas las aflicciones que están en tu vida y la mía: La carne, que habita en cada persona; el cuerpo por naturaleza es pecaminoso, no podemos dar lugar a cada de las obras de la carne porque estaremos siempre expuestas a caer en el juego de Satanás, el es el único que se goza viendo como cada mujer se autodestruye al dejarse llevar por las emociones. Como un pequeño ejercicio, piensa que manifestación de la carne produce en tu cuerpo una alteración emocional que puede provocarte un dolor de cabeza, ¿será la ira, contienda, envidia, celos, etc.?
Solamente con la ayuda de Dios, podemos vivir, y digo vivir, porque es día a día, que necesitamos luchar contra la carne; cada día de nuestras vidas necesitamos estar en contacto con Dios para que podamos ser vencedoras.
Cuando las presiones emocionales ya están en tu vida y luego eres salva; hay varias cosas que puedes hacer antes que se vuelva menos grave.
Reconocer que se está formando o hay un problema, significa que habrán personas que te van a decir que tu no estás bien, que algo está pasando que ha alterado tu personalidad.
Si reconoces que hay un problema puedes acudir a la esposa del pastor, a tu maestra de escuela dominical y en última instancia al pastor, si no se puede resolver el problema que te acosa. Estas personas pueden ayudarte respetando la privacidad en tu vida.
Es natural que nuestra carne, no quiera buscar ayuda cuando más la necesitamos, el diablo se goza viéndonos sufrir, el transmite a tu orgullo el pensamiento “no quiero que nadie lo sepa, para que no se burlen de mi”. Cuando te hablo de buscar ayuda en hermanas de la iglesia, lo hago pensando en personas que son maduras espiritualmente.
Una forma de medir tu madurez espiritual, es si aceptas que hay un problema y necesitas ayuda, entonces, podemos pensar que puedes controlar tus emociones; veamos algunas reacciones que dicen si tienes tu vida emocional en control o tratas de tenerla:
1. Tienes capacidad para enfrentarte de forma positiva con la realidad
2. Tienes capacidad para ajustarte a los cambios y no dejas que ello
te haga sentir excesivamente derrotada.
3. Estás relativamente libre de los síntomas producidos por tensiones
y ansiedades malsanas como: dolor de cabeza (frecuentes); presión alta o baja;
ansiedad constante (deseo de estar comiendo algo o estar ocupada).
4. Eres capaz de hallar mayor satisfacción en dar que recibir.
5. Eres capaz de mantener una relación con otras personas en forma positiva
y sin provocar amarguras, enemistades constantes.
6. Eres capaz de usar tus talentos y dones que Dios te dio con mayor plenitud,
libre de pena y temor.
7. Eres capaz de amar.
8. Facilitas y promueves los frutos del espíritu.
9. Tienes capacidad de reconocer con toda honestidad tus puntos fuertes
y tus puntos débiles, para hacer las correcciones pertinentes en
obediencia a Dios.
10. Tienes la capacidad de aceptarte y confiar en ti.
11. Enfocas los problemas de forma optimista.
Dios nos ofrece su paz en medio de cualquier circunstancia, Ėl, es el Médico de Médicos, búscalo siempre y sanará tus heridas. “Mas yo haré venir sanidad para ti, y sanaré tus heridas, dice Jehová…” Jeremías 30:17a
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Belleza y salud de la madre soltera
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