jueves, 30 de septiembre de 2010
Confirmando su conocimiento sobre las prioridades
“Pero en cuanto a mí, el acercarme a Dios es el bien; he puesto en Jehová el señor mi esperanza, para contar todas sus obras “Salmo 73:28
Lo importante no es ruidoso y exigente; es silencioso y paciente”
¿Qué es lo más importante en tu vida?
Le traigo cuatro prioridades para la vida, que resultaran edificación en nuestro diario caminar.
1. Sea Bíblica, 1 Tesalonicenses 2:2-4>
Cada mañana necesitamos buscar a Dios, en oración, leyendo su Palabra; para tener un buen día. Si usted no tiene por norma buscar a Dios todos los días antes de iniciar sus labores o responsabilidades, le aseguro que el diablo va a tomar ventaja de su falta de comunicación con Dios. Usted no puede iniciar un trabajo si su jefe o supervisor no le dice cuál o cuáles son sus asignaciones para el día; así es Dios con usted, no quiera tener un buen día y que le vaya bien, si usted, no le pide a su Padre Celestial y jefe de jefes que le diga cómo tiene que desenvolverse en su día. Necesitamos memorizar los versículos, repetirlos y ponerlos en práctica, ese es el secreto para que nos vaya bien. En conclusión tenemos que fundamentar nuestras vidas en lo que dicen las Escrituras Hebreos 4:12-13.
2. Sea Auténtica, 1 Tesalonicenses 2: 5-6
Honrada, fiel a sus convicciones, genuina, verdadera, franca; positiva, espontánea. La autenticidad plantea toda una aventura, pues exige no sólo valor, sino también confianza y generosidad. Definitivamente no es un camino fácil pero ineludible para alcanzar nuestra relación correcta con Dios que se va a reflejar en la felicidad. El camino de la autenticidad requiere valor para entrar en una misma y así enfrentar lo que se es en verdad, bueno o malo.
Hay dos aspectos que reflejan el que seamos auténticas o no: nuestra forma de expresarnos y nuestro estilo de vida; veamos que significan.
• Cuando nos referimos a nuestra forma de expresión, estamos hablando de la forma en que nos comportamos y le damos uso a los recursos que llegan a nuestras manos, por ejemplo: como hablamos, que música escuchamos, los libros que leemos, la ropa que vestimos, la forma en que nos alimentamos, nuestro círculo de amistades, a donde vamos, etc.
• Estilo de vida, tiene que ver mucho con las costumbres y tradiciones de nuestros pueblos, lo auténtico en su regionalismo, no es lo auténtico para nosotras dentro de ese ambiente si respondemos a los mandatos de Dios; por lo tanto , no podemos contemplar esas tradiciones, ni las costumbres de nuestros ancestros como reglas que van a regir nuestras vidas.
Les voy a dar un ejemplo: En mi país se celebra una fiesta que se llaman los carnavales, esta fiesta dura siete días de perdición total, muchas bebidas alcohólicas, bailes, la sensualidad está por todas partes, un desenfreno total; es parte de la tradición, al punto que las autoridades del gobierno en todo el país decretan días libres y días puentes para que parte de la semana laboral sea usada para celebrar estas fiestas paganas. “Porque todo el que ha nacido de Dios vence el mundo; y esta es la victoria que ha vencido al mundo, nuestra fe. ¿Quién es el que ha vencido sino el que cree que Jesús es el Hijo de Dios?” 1Juan 5:4-5
Nosotras no podemos regirnos por el estilo de vida que dicta el mundo; nuestro estilo de vida lo dicta Dios.
3. Sea Benigna, 1Tesalonisences 2:7-11
La benignidad es un fruto del Espíritu Santo. Está muy ligado con el fruto de la bondad, ambos tienen que ver con la relación que establecemos con otros. La benignidad se manifiesta cuando logramos tratar a los demás con cariño, empatía y con gusto.
La palabra Benignidad, viene del latín benignus que significa: bones: bueno y gignere: engendrar. Así, una persona benigna es la que genera o engendra lo bueno. Por eso la misma Biblia dice que contra esto no hay ley.
Tiene que ver con el trato que le damos a los demás y es que a todas nos gusta que nos traten bien y nos sorprendemos cuando vemos a quienes tienen incorporado en su actuar el mal trato a los demás. La benignidad como fruto tiene la característica que cuando empieza a germinar provoca admiración en quienes nos rodean.
Sin embargo, la benignidad es un hábito que podemos aprender. En ocasiones, debido a nuestro viejo hombre, nuestra naturaleza pecaminosa, a la forma como fuimos educadas y tratadas damos a los demás un mal trato.
La pregunta es: ¿cómo me gustaría que me tratara Dios? La benignidad de Dios le permite ser para con nosotros “lento para la ira y grande en misericordia”, su benignidad nos da tiempo, nos guía al arrepentimiento.
Usted no puede esperar un buen trato si usted trata mal. Esto se llega a convertir entonces en un patrón de conducta.
La benignidad es una cualidad de carácter que hay que desarrollar. Crece en el ambiente de respeto, comunicación, y asertividad. Al expresarse en el buen trato a los demás permite que podamos sanar las relaciones, permite aliviar el dolor.
El ser benigna se aprende, pongamos a los pies de nuestro Jesús todos nuestros sentimientos y emociones cada día de nuestras vidas; pidámosle que él sea nuestro guía terrenal, no las circunstancias, mucho menos nuestras emociones.
Que nuestra oración sea: “¡Señor que hoy pueda ser de bendición a todas las personas que me rodean!”
Dios también quiere que alimentemos nuestro espíritu y que le demos mantenimiento a
nuestro Templo, la benignidad se debe reflejar en nuestras actitudes hacia Dios, ahí radica el que seamos benignas con los demás; en nuestra comunión con Ėl, ¿cuánto estamos leyendo su Palabra?, ¿cuánto estamos orando?, ¿cuánto estoy sirviendo en los ministerios de la iglesia?, ¿qué tan agradecida soy con Dios por los líderes que él ha puesto para que me guíen en la tierra?, ¿estoy diezmando? ¿Estoy ganando almas? Todo esto se va a reflejar en el ser o no benigna. “Antes bien, creced en la gracia y el conocimiento de nuestros Señor y Salvador Jesucristo. A él sea la gloria ahora y hasta ver día de la eternidad. Amén.” 2 Pedro 3:18.
4. Sea pertinente, 1 Tesalonicenses 2:13
El significado de esta palabra encierra una gama de cualidades que nos permiten ser mujeres que pueden agradar a Dios. Veamos su significado: cualidad de lo que es adecuado, a propósito, conveniente y oportuno.
Nos hemos encontrado con mujeres que dentro de su deseo de ser “ellas mismas” cometen el error de decir las cosas como piensan sin tener el cuidado de herir a otras personas en sus sentimientos, hermanas que apoyándose en versículos de la Biblia, dicen lo que piensan, sin importarles si están ofendiendo o hiriendo a otras personas; el famoso slogan “así soy yo”
El ser pertinente en realidad denota amor, delicadeza a la hora de expresar una idea o cuando actuamos; cuidar a esa persona como si fuera usted misma; amarla como se amaría así misma; Jesús nos dice que amemos a nuestro prójimo como a nosotros mismos.
Quiere decir que cuando no somos pertinentes, apropiadas, oportunas, no nos estamos amando a nosotras mismas, porque lo que destila nuestro corazón son malos sentimientos. El testimonio guarda mucha relación con ser pertinente, una hermana que no practica esta cualidad, jamás será digna de confianza, sino de compasión. Evitemos caer en este error y seamos hermosas mujeres para honrar el nombre de nuestro Señor Jesucristo, el fiel ejemplo del ser pertinente. “Ninguno busque su propio bien, sino el del otro.” 1 Corintios 10:24
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